...

Sólo quisiera agradecer a mi tiempo libre la capacidad de aburrirme lo suficiente como para mantener éste blog.

6 jun 2011

¡Seguimos!

-¡Buenos días! O buenas noches, no lo sé, la cuestión, ya te has despertado, ¡empezaba a pensar que no lo harías nunca!

Me sobresalté, es normal, y con una sensación de agobio impresionante intente levantarme. ¿Qué me había pasado? ¿Por qué tenía tanta hambre? ¿Por qué estaba tan débil? Y lo más importante: ¿Por qué me dolía tanto la cabeza?

Poco a poco empecé a recordar... La cofa... El aire fresco del mar... Un tremendo golpe... ¡El golpe! Dios... Me habían dado un buen candelabrazo... Observé mi alrededor para descubrir que estaba en una especie de calabozo, el continuo balanceo me indicó que seguía en el navío, y que la única ventana fuera un agujero de metralla del tamaño de un pulgar hacía que el aire fuera pesado y nauseabundo.

-Y a todo esto ¿quién puñetas eres tú?
-Matías me llamo, aunque mucho tiempo ha que no soy nombrado así. Da gusto volver a tener el nombre que me diera en su día mi difunta madre.

Nunca pensé que me pudiera costar tanto articular una frase, pero Matías se inclinó ligeramente hacia mí y empezó a relatar su historia, fuere lo más divertido que recuerdo hacer en aquel navío hasta el momento, y pasar un buen rato me alegró el no muy buen día que estaba teniendo. Oh, diablos... ¿Habría estado inconsciente durante mucho tiempo?

-Es un placer compartir celda con alguien que no vaya a desgarrar mis entrañas sin motivo ni aviso. No sabrás por casualidad cuánto tiempo llevo aquí, ¿verdad?
Lo pensó durante unos segundos y respondió con una cierta inseguridad:
-La verdad es que no me he fijado, pero hará un día más o menos, sí, un día hace que te trajeron. Me entretuve curándote esa herida tan fea que tienes en la cabeza.
-Vaya, muchas gracias, es todo un detalle por tu parte hacia alguien a quien no conoces.
-No digas necedades, si estás aquí es porque eres más amigo que enemigo, además no era tan grave, y no tengo nada mejor que hacer. Si crees que tengo algo mejor que hacer dímelo, te estaré agradecido.-En ese momento estalló en carcajadas, pero fue acallado rápidamente al sonar fuertemente un portazo pasillo arriba, todo se cubrió de una especie de neblina y entró una silueta oscura y enorme dando pasos pesados pero vigorosos. La poca luz de que disponíamos pareció reducirse a la nada y no pude distinguir sus rasgos ni su vestimenta. Parecía que incluso la propia luz temiera alumbrarlos. Aquel sujeto nos plantó dos platos llenos de una sustancia maloliente y de color difícil de describir y seguidamente se fue gruñendo.

Me dispuse a olisquear aquella plasta pútrida, la verdad es que tenía hambre de verdad, pero mi nuevo mejor amigo en el buque se adelantó.
-Yo no probaría eso- dijo.- está envenenado, te volverás como ellos.
-Y qué son ellos? Aún no he podido verlos, ni siquiera en cubierta.
-No sé qué son, pero no me gustaría ser uno de ellos, ahí te lo dejo. Si consigues atrapar algún cangrejo que trepe por ése agujero de metralla ya habrás conseguido más que yo.
-Entiendo, bien pues creo que está claro, tenemos que salir de aquí. ¿Hay posibilidades de se pueda agrandar ése agujero?
-Creo que sí, yo no tengo fuerzas, ya no soy aquel que fui, pero tú eres joven y la madera está algo podrida, quizás lo consigas si te empeñas.
Y me dispuse a escarbar con las manos desnudas en la madera de aquel buque, no sabría cuán improductivo era aquello hasta más adelante, lo único que sé es que al poco de raspar la pared con un trozo de lo que parecía hueso que encontré en un rincón me desvanecí y entré en un sueño muy profundo.

2 comentarios:

  1. siempre se tiene k sobar o desmayarse xD vaya vago que esta hecho.

    Pero mola la historia 8D sobretodo el loco d los cangrejos... me cae bien

    ResponderEliminar
  2. Es lo que pasa cuando escribo justo antes de irme a dormir, y lo sabes, pero ya irá a mejor la cosa algún día (digo yo)

    ResponderEliminar

¡Cuéntame lo que quieras! :D