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Sólo quisiera agradecer a mi tiempo libre la capacidad de aburrirme lo suficiente como para mantener éste blog.

30 jun 2011

Hoy también hay KK

Bueno, saludemos...Ya está, saludados.
Hoy me dio por ahí de bajar hasta Ciutat en bicicleta, con mi flamante bici blanca llena de polvo de no ser usada. Decidí hacerlo porque mi cuerpo me lo pedía, y me daba pereza andar hasta la parada del autobús.
Calculo que habrán sido unos 20 kilómetros entre bajar a Ciutat y las diversas tareas que debí llevar a cabo tales como buscar una oficina inexistente o llegar demasiado pronto para la publicación de los horarios de un curso al que asistiré. No fue una ruta muy larga pero teniendo en cuenta el calor, la falta de agua, mi desayuno consistente en dos galletitas de fibra (jamás me han gustado, pero era eso o Quelytas, que son mortales sin agua), considero que fue un trayecto suficiente para mi malhabituado cuerpo, así que a la vuelta fui en autobús, y ale, fácil y sencillo.

¿Qué más...?

No sé, estoy un poco harto ya del corrector, no sé desactivarlo...¡Maldito artefacto infernal! >w<
Qué asco... ¡Oh, Dios! ¡Me he rascado un brazo y me he hecho un agujero! Voy a abrir una petrolera, que con lo que fumé en su día seguro que hay para dar y regalar =D

Mike dice que estar colgado en la pared es un coñazo, eso es porque no conoce internet... Maldito Mike... Y  tanta gente diciéndome que no existe... ¡Con lo simpático que es! ¡Están todos locos!

En efecto, hoy no tengo ganas de seguir la historieta esa del barco chungo, con éste calor no tengo ganas de nada...

¡Ah! Canción del día =D
Solsagan, de Finntroll.
http://www.youtube.com/watch?v=mkVwA__Fk9g
Me encanta ese folk auténtico a la par que brutal.

14 jun 2011

Uan mór

Vaya, curiosamente el corrector del blog identifica la palabra "uan" del título como errónea, seguramente queriendo decir que debiera ser "una", pero no, mi querido blog, es "uan", 1 en inglés por fonética, y parece aceptar de buen agrado la palabra "mór" (acento incluido), no entiendo en qué se rigen éstos correctores...

Bueno, la cuestión, hoy he estado paseándome por la página que muchos(por no decir todos) conocemos: www.cuantarazon.com , y me he entretenido un rato moderando y tal... Y he acabado un pelín harto del cartel de "Aquí está el resto de tu abrigo de piel".

Que sí, que hay que defender los derechos de los animales, que sí, que es una injusticia.

A ver, puntualicemos: Soy un defensor de los derechos y la dignidad de los animales tan entregado como el que más. Pero eso no implica repetirme hasta la saciedad (creo).

Si tanto queréis "defender a los animales" no comáis carne tampoco, son animales a los que defendéis, y no comáis vegetales, ¡son alimentos de los animales que defendéis! ¿Por qué no os alimentáis de aire? De momento aún es gratis y no perjudicaríais a nadie, de momento.

Porque hay que tener en cuenta una cosa: No es lo mismo aprovechar la piel de un animal del que se ha usado la carne para alimentos, evitando así llenar más el mundo de desperdicios, que matar a un animal para vender su piel, tirando luego el cadáver a la basura o para hacer piensos y fertilizantes. Es muy distinto.

Pensadlo con razón y cabeza, si fuerais empresarios dueños de un matadero: ¿venderíais la piel de los animales sacrificados o la tiraríais teniendo que contratar a alguien para que viniera a buscarlo? Sabemos de qué va la cosa, de ganar dinero, ganas dinero vendiendo la piel que no vas a comerte, pierdes dinero tirándola a la basura.

He dicho.

9 jun 2011

Bueno, para empezar hoy NO TENGO GANAS DE HISTORIA
Así que el cuentecito de los huevos se quedará estancado un par de días más, que total no tengo público, es como en la televisión. Puedes poner anuncios y teletienda de dos a cinco de la madrugada, total NADIE lo va a ver, o va a estar viendo porno, así que lo mismo da, pues eso.

¿Y de qué podríamos hablar hoy...?

qowdfmqopsfjmaoqoeifja

Golpea el teclado con la cabeza para saber quién visitó tu perfil en Facebook.

Sí, los cojones ¬¬

Pueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeesmiiiiiiiiiiiiiraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

¡Ah! ¡Casi se me olvidaba!
El miércoles que viene acabo las prácticas, ¡yéja!
LiVertáT! =D
Después de tres meses de "esclavitud"... ¡por fin libre!

Es chache, quiero hacer una fiesta pero no tendría a quién invitar, así que paso.

Pero bueno me lo he pasado muy bien en el taller éstos tres meses, he aprendido muchas cosas que no se pueden aprender en el aula y ha sido una actividad muy edificante.

Y poco más.

Canción de la semana: La caída de la casa Usher ~ Opera Magna
http://www.youtube.com/watch?v=-nmHthogzFw


Niego, agotado por horribles temores,
que hoy la escuché,
como un susurro a mi espalda,
preso de la locura,
incapaz de tan solo pensar.

Ahora tiemblo ante la brujería
que domina este horrible lugar.
Día tras día fui testigo de lo irreal
¿Cómo ignoré el sufrimiento y la angustia?

Supliqué por su vida,
temeroso ante nuestro error.
Ahora el pánico ocupa mi mente
y este hechizo crece a mi alrededor.

Ven a por mí,
escapa conmigo a la tempestad.
Arrastrarme al silencio.
Hoy todo acabará.
Tú fuiste el resplandor
que guió en el pasado mi voz.

Siento el tiempo pasar,
cerca estoy de mi final.
No más torturas ni tormentos
me aguardan.

Esta casa maldita
me robó la cordur y la fe.
Ahora el miedo reside en mi alma,
tan profundo, que hoy enloqueceré.

Ven a por mí,
escapa conmigo a la tempestad.
Arrastrarme al silencio.
Hoy todo acabará.
Tú fuiste el resplandor
que guió en el pasado mi voz.

Ven a por mí,
escapa conmigo a la tempestad.
Arrastrarme al silencio.
Pues no puedo culpar
a quién fue el resplandor
que guió en el pasado mi voz.

Adoro ésta canción, y adoro más aún cantarla, aún cuando no llego a la mayoría de agudos, por lo menos lo intento.

Y nada, a tomar por culo américa, y tal y cual y pascual.

Y ¡Paff! ¡Se convirtió en chocapic!

6 jun 2011

¡Seguimos!

-¡Buenos días! O buenas noches, no lo sé, la cuestión, ya te has despertado, ¡empezaba a pensar que no lo harías nunca!

Me sobresalté, es normal, y con una sensación de agobio impresionante intente levantarme. ¿Qué me había pasado? ¿Por qué tenía tanta hambre? ¿Por qué estaba tan débil? Y lo más importante: ¿Por qué me dolía tanto la cabeza?

Poco a poco empecé a recordar... La cofa... El aire fresco del mar... Un tremendo golpe... ¡El golpe! Dios... Me habían dado un buen candelabrazo... Observé mi alrededor para descubrir que estaba en una especie de calabozo, el continuo balanceo me indicó que seguía en el navío, y que la única ventana fuera un agujero de metralla del tamaño de un pulgar hacía que el aire fuera pesado y nauseabundo.

-Y a todo esto ¿quién puñetas eres tú?
-Matías me llamo, aunque mucho tiempo ha que no soy nombrado así. Da gusto volver a tener el nombre que me diera en su día mi difunta madre.

Nunca pensé que me pudiera costar tanto articular una frase, pero Matías se inclinó ligeramente hacia mí y empezó a relatar su historia, fuere lo más divertido que recuerdo hacer en aquel navío hasta el momento, y pasar un buen rato me alegró el no muy buen día que estaba teniendo. Oh, diablos... ¿Habría estado inconsciente durante mucho tiempo?

-Es un placer compartir celda con alguien que no vaya a desgarrar mis entrañas sin motivo ni aviso. No sabrás por casualidad cuánto tiempo llevo aquí, ¿verdad?
Lo pensó durante unos segundos y respondió con una cierta inseguridad:
-La verdad es que no me he fijado, pero hará un día más o menos, sí, un día hace que te trajeron. Me entretuve curándote esa herida tan fea que tienes en la cabeza.
-Vaya, muchas gracias, es todo un detalle por tu parte hacia alguien a quien no conoces.
-No digas necedades, si estás aquí es porque eres más amigo que enemigo, además no era tan grave, y no tengo nada mejor que hacer. Si crees que tengo algo mejor que hacer dímelo, te estaré agradecido.-En ese momento estalló en carcajadas, pero fue acallado rápidamente al sonar fuertemente un portazo pasillo arriba, todo se cubrió de una especie de neblina y entró una silueta oscura y enorme dando pasos pesados pero vigorosos. La poca luz de que disponíamos pareció reducirse a la nada y no pude distinguir sus rasgos ni su vestimenta. Parecía que incluso la propia luz temiera alumbrarlos. Aquel sujeto nos plantó dos platos llenos de una sustancia maloliente y de color difícil de describir y seguidamente se fue gruñendo.

Me dispuse a olisquear aquella plasta pútrida, la verdad es que tenía hambre de verdad, pero mi nuevo mejor amigo en el buque se adelantó.
-Yo no probaría eso- dijo.- está envenenado, te volverás como ellos.
-Y qué son ellos? Aún no he podido verlos, ni siquiera en cubierta.
-No sé qué son, pero no me gustaría ser uno de ellos, ahí te lo dejo. Si consigues atrapar algún cangrejo que trepe por ése agujero de metralla ya habrás conseguido más que yo.
-Entiendo, bien pues creo que está claro, tenemos que salir de aquí. ¿Hay posibilidades de se pueda agrandar ése agujero?
-Creo que sí, yo no tengo fuerzas, ya no soy aquel que fui, pero tú eres joven y la madera está algo podrida, quizás lo consigas si te empeñas.
Y me dispuse a escarbar con las manos desnudas en la madera de aquel buque, no sabría cuán improductivo era aquello hasta más adelante, lo único que sé es que al poco de raspar la pared con un trozo de lo que parecía hueso que encontré en un rincón me desvanecí y entré en un sueño muy profundo.

1 jun 2011

Y otra .-.

Y allí estaba yo, rodeado de tres monstruosos trolls, ¡y los tres discutiendo entre ellos sobre cómo nos iban a cocinar!
La verdad es que suele ser una situación espantosa ésa en la que adelantas sin querer a The Punisher y te persigue para castigarte y vengar el agravio, en serio.

La cuestión es que hoy ha llovido y me he mojado(lógico, ¿verdad?)

Y bueno, me aburro y no sé qué contar (para variar).

Recuerdo una vez que estaba sentado a la orilla del mar, era una tarde cualquiera, hacía un tiempo espléndido y de pronto oí el retumbar como de truenos enlatados. No sabía dónde meterme, así que corrí hacia la colina más cercana e intenté vislumbrar algo en la lejanía. De ésta manera pude ver la columna de humo, negro como las almas de quienes lo habían provocado, que ascendía desde mi desdichado poblado. Y entonces lo vi, un majestuoso y oscuro galeón atracado cerca del muelle, donde le permitió su calado, y del que habían salido varios botes cargados de rufianes y demás indeseables. Llamadme cobarde, pero no pude hacer sino acercarme con sigilo y acercarme al buque sin llamar la atención.
No podríais creer lo que vi una vez allí. Cañones y más cañones disparados por nadie, así es: nadie.
La incredulidad me llevó a salir de mi escondrijo y entonces oí que alguien daba la alarma a bordo. Y decir que corrí sería minimizar los hechos, huí trepando por la jarcia más cercana y no me atreví a mirar abajo hasta que llegué a la cofa. Y nadie me perseguía, empecé a ponerme realmente nervioso, ¿cuántas veces un navío vacío ataca a tu poblado y al subir en él "nadie" da la voz de alarma? Bajé con cautela e intentando ocultarme lo máximo posible, y alguien me cogió por el hombro y me sacudió, y me preguntó:
-¿Quién se supone que eres y por qué no debo arrojarte por la borda?
Más que una amenaza me pareció una ocasión de despistar y huir hacia los montes, o a donde fuera. Pero cuando me recobré vi que no había nadie. Entonces sentí que algo estaba atado a mi pie y empezaron a tirar de mí, lógicamente me resistí. Aquello fue completamente inútil, acabé colgado de un pie en lo alto, muy por encima de cubierta, y con el peligro constante de que me quedara enrollado en algo y no pudiera bajarme de ahí.
Estuve allí colgado intentando desasirme del cabo que me oprimía fuertemente el tobillo durante mucho rato, me atrevería a decir que quizás una o dos horas, hasta que conseguí aclararme las ideas y ver que lo que debía hacer era volver a tener la cabeza por encima de los pies. Así que me dispuse a ello, intenté oscilar hacia el mástil más cercano. Fue duro, pero lo logré, y conseguí agarrarme al mástil y trepar hasta que el cabo dejara de cortarme la circulación de un pie que parecía no responder a la llamada de la vida. Con esfuerzo y paciencia conseguí desatarme y trepar lo que quedaba de mástil hasta la cofa), así que lo abracé, me sentí relativamente a salvo y, del agotamiento de la huida, me quedé dormido.

Resulta increíble la poca atención que prestan los vándalos a sus prisioneros, se ve que no deben estar acostumbrados a tratar con ellos. Me quedé en la cofa durante horas y horas, cuando me desperté aún seguía ahí, abrazado al mástil en la cofa, ni siquiera habían subido a otear el horizonte, o no me habían visto, pero no lo creo. Cuando observé mi alrededor sólo se veía mar, en todas direcciones, salvo una. Pude vislumbrar a lo lejos, por el este, un pedazo de lo que parecía ser tierra, lástima que no fuera a donde nos dirigíamos, y supuse que así se veía mi calcinado y probablemente desierto hogar desde la lejanía. Pero tenía cosas más urgentes en las que pensar: ¿Cómo iba a hacerlo para bajar de la cofa sin ser visto? ¿Quiénes eran? ¿Por qué no los había visto la noche anterior? ¿Qué había para desayunar? En ése momento me di cuenta de que no había comido desde la mañana del día anterior, ¡qué hambre! Pero decidí quedarme a observar desde la cofa a ver si podía distinguir algo que me indicara que no era un completo suicidio bajar, y recibí un golpe en la cabeza por detrás, oí unas carcajadas y perdí el sentido.