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Sólo quisiera agradecer a mi tiempo libre la capacidad de aburrirme lo suficiente como para mantener éste blog.

13 abr 2011

Una más, sep!

Pues bueno, aquí estoy otra vez, lamento la tardanza, estaba demasiado vago y no he andado mucho por casa...
La cuestión es que me aburro...otra vez, y sí, podría estar haciendo algo mucho más productivo como por ejemplo no sé, jugar al buscaminas (?)...
Pero ya que estoy aquí os podría contar una historia... e_e
No sé por dónde empezar... ¡Ya sé! ¡Por la mitad! No, mejor no...
Empezaré por relatar dónde nos encontramos, se ve que hace mucho frío, nuestro protagonista tiene las cejas heladas y parece no sentirse las puntas de los dedos. Está amaneciendo y, de momento, no se avista nada desde la torre, pero aún así parece haber mucha actividad en el pueblo, y tiene que ser así, deben estar preparados para cuando lleguen.
Van pasando las horas y nada, la niebla que cubría el valle y los bosques se ha disipado en gran parte, pero aun así no se ve nada. Torsh, nuestro protagonista, parece bastante acojonado, si tengo que decir la verdad, vive en un pueblo bastante aislado en el norte de la península de Denärwhis, un lugar bastante frío y desolado, que a saber por qué es atacado por unas criaturas bastante extrañas, que caminan encorvadas y soltando sonidos guturales incomprensibles, según cuentan las historias. Nadie sabe por qué, pero esas criaturas tan extrañas y espantosas llevan atacando el pueblo varias veces cada luna desde mucho antes de que Torsh naciera, y ya van veinte años... Torsh es ahora el vigía, y cuando ve que se acerca algo sospechoso por los caminos o desde los bosques da el aviso y corre al pueblo a prepararse para luchar codo con codo con los demás, aunque no se puede decir que sea valeroso ni tampoco un gran combatiente, pero se entrega para defender a su pueblo de los intrusos, eso le enseñaron de pequeño y eso hace con sus compañeros.
Tom, el herrero, tiene fama de rudo y tosco, pero es muy buena persona, y siempre que puede le lleva algo pan y queso o carne seca para comer mientras está de guardia, pero hoy no ha ido, tal vez aún sea pronto.

Dentro de poco acabará el turno, por fin, tras toda la tarde vigilando y la mañana trabajando los campos, no sé si aguantaría más horas de guardia, pero bueno...
-¿Y eso qué es?- Murmura de pronto el muchacho. -Está demasiado oscuro, ¿qué diablos será?
Aún sabiendo que quizás solo fuera un ciervo huyendo de algún lobo, el joven Torsh dió la alarma.

"¡Tang! ¡Tang! ¡Tang!"

Algo así sería, es el sonido de la campana de bronce con la que se avisa al pueblo de que se ha divisado algo, aunque sea solo una sombra fugaz nunca se sabe, es mejor prevenir.
En menos de un minuto llega al pueblo y todo el mundo ya está preparado.
Todas las armas resplandecen a la luz de las antorchas, todas las puertas están cerradas, y un pesado silencio se abalanza sobre ellos oprimiéndoles el pecho.
"Ojalá no sea nada", es el pensamiento que ocupa la mente de todos los presentes.
Las mujeres y los niños se han encerrado ya en las casas, y son sólo unos 20 hombres de armas y alguna chica que quiere demostrar lo que vale.
Pasados varios minutos de tensión sin medida las gruesas nubes dejan pasar algo de luz de la luna menguante, ya sólo quedan tres lunas para que acabe la temporada de nevadas, y la pálida luz de la luna alumbra todo el suelo blanquecino. Bueno, no todo...
Allá a lo lejos, cerca ya de la torre de vigía, se distinguen siluetas en movimiento, y el miedo crece.

-Silencio todo el mundo, que piensen que estamos dormidos, vamos a darles una sorpresa- Susurró Worhat.
-Parece caballería, quizás sean emisarios.- No pareció tranquilizarlos, pero Mick tenía fama de tener buena vista, así que esperaron a que llegaran antes de responder con flechas.


Y con esto termina mi primera....tontería de éstas, otro día será otro día y ahora me voy a trabajar, que os cunda.
Salucuatro =D